Fuentes internas han informado el día 26 de junio que, a diferencia de las regiones
cercanas al Mar Amarillo, en las que la sequía persiste, fuertes lluvias continúan cayendo en la provincia Hamyung del Norte. Producto de estas
lluvias ya han muerto al menos dos personas.
“Escuché hablar de la
sequía en Hwanghae, y de los problemas que está causando”, explicó la fuente. “Pero aquí no ha parado
de llover, y hubo un deslizamiento de tierras la semana pasada. Algunas rocas
rodaron cerro abajo y mataron a dos personas que estaban sacando hierbas”.
No hace falta que llueva mucho para causar
deslizamientos de tierra en Corea del Norte. A causa de la deforestación, la inmensa mayoría de las laderas de cerros son áridas y están al
descubierto. Esta deforestación se produjo para
obtener madera y para la remoción deliberada de
vegetación para crear pequeñas parcelas agrícolas
(privadas y semi-privadas), principalmente en los años 90 y 2000.
“Estas personas tenían que terminar el trabajo que se les había asignado, antes de poder retornar a sus parcelas privadas, así que ya era tarde. Pero al poco rato, súbitamente comenzó a caer un aguacero. Ha estado lloviendo durante algunos días, y la gente está nerviosa, ya que las rocas situadas alrededor de sus terrenos pueden rodar
cuesta abajo.”
Especulando sobre el accidente, la fuente explicó que “habría sido difícil escuchar
el sonido de las rocas que venían, ya que
estaba oscureciendo y llovía mucho.
Incluso en el caso de que ellos las hubiesen visto venir, habrían sido difíciles de evitar. Debido a la inclinación del cerro, estas habrían descendido
a rápida velocidad, y además (el suelo) estaba resbaladizo”.
La fuente informó que la frase “si hubiera habido árboles en las montañas, la
tragedia no habría ocurrido” es una respuesta común. Además, agregó que “tenemos que ‘limpiar’ los cerros para hacer
espacio para terrenos (un proceso conocido como budegi en Corea del Norte); de otra manera, no podremos vivir. Pero
si el Estado nos diera raciones, no haríamos esto”.
Asimismo, se dice que la gente considera lamentable
el hecho de que los fallecidos habían pasado todo
el día en tareas agrícolas masivas a instancias del Estado, antes de regresar a sus
terrenos particulares.
El Estado norcoreano no publica de manera
consistente cifras de víctimas de
accidentes. Es por ello que es imposible saber cuántas muertes accidentales como las previamente mencionadas ocurren
anualmente. No obstante, la evidencia anecdotal entregada por refugiados
durante varios años, sugiere que el número es importante.