“Libros subversivos”, disponibles en el mercado negro, son leídos por los estudiantes norcore


Image: Yonhap

Una fuente al interior del país ha
informado de que “literatura subversiva” está disponible en el mercado negro
norcoreano, la cual puede ser prestada por un precio fijo. Según la fuente, los
libros están disponibles para aquellos lectores cuyas identidades puedan ser
verificadas, y los principales “clientes” son estudiantes universitarios,
quienes estos días pagan 3000 won por hora.

 

En comunicación con Daily NK, una fuente
proveniente de la provincia Pyongan del Sur informó el día 14 que “hace mucho
tiempo que existe el mercado negro para las novelas extranjeras, sin embargo,
la aparición de ‘libros malos’ (libros subversivos) es cosa reciente. La mayoría
de estos libros provienen de Japón, e incluyen detalladas descripciones de operaciones
de espionaje”.

 

Muchos norcoreanos se refieren a los libros
contrarios al gobierno (y por tanto no permitidos por este) como “malos”. La
mayoría de los libros publicados en Corea del Norte son para uso propagandístico
del régimen, mientras que en el mercado negro se pueden encontrar libros de
prestigio internacional sobre política y economía, los cuales no pueden ser
consultados en las bibliotecas.

 

“Los primeros en crear el mercado negro de
libros fueron principalmente escritores, periodistas y profesores, sin embargo,
ahora son los estudiantes universitarios. Casi todos estos libros son traducidos
e impresos por estudiantes de las universidades de lenguas extranjeras”, señaló
la fuente.

 

Por lo general, los hijos de miembros del
Partido abundan en dichas universidades, quienes, usando el poder de sus
familias, encargan los libros a los comerciantes. Tras recibirlos, los
estudiantes fabrican copias de estos utilizando las fotocopias e impresoras
disponibles en los edificios públicos, para posteriormente ponerlas en venta en
el mercado negro, de acuerdo con la explicación entregada por la fuente.

 

En Corea del Norte, todos los ordenadores e
impresoras deben ser registrados en el Departamento de Seguridad Estatal, con
el fin de impedir la distribución de material contrario al régimen. El
Departamento controla las fábricas que poseen impresoras u otros equipos. Los
fotógrafos que tienen acceso a impresoras de fotografías impresas también están
sometidos a un control severo por parte de los organismos judiciales.

 

Debido al riesgo (de involucrarse en este
tipo de actividades), la cantidad de volúmenes impresos es reducida, por lo que
se ha creado este sistema de préstamo pagado de libros.

 

La fuente comunicó que “las novelas
japonesas son prestadas por 3000 won la hora. Los libros publicados en Chosun
(i.e. Corea del Norte) son prestados por 1000 won el día, y los clásicos de la
literatura mundial pueden ser consultados por 3000 won. Los libros publicados
en el extranjero son muchísimo más caros que aquellos de publicación
doméstica”.

 

Con el objetivo de evitar el control del
Departamento, los estudiantes reemplazan el nombre de los libros por títulos
como “Armonía en la Vida” o por títulos de novelas norcoreanas. Debido a esto,
solo los estudiantes que realizaron las traducciones conocen el título original
de los libros, los que son conocidos como “libros japoneses” por los otros
estudiantes.

 

Sobre esto, la fuente señaló que “los
estudiantes recurren a las novelas detectivescas para entender la estructura de
la sociedad norcoreana, en la que las personas deben vigiliarse unas con otras,
y en la que ni siquiera es posible confiar en los propios amigos. La mayoría de
las novelas japonesas tratan sobre investigaciones de incidentes en los que
asesinos en serie están involucrados”.

 

Con respecto a los estudiantes que leen
estas novelas, la fuente explicó que “(estos) sienten como algo real la
resquebrajada relación entre lo individual y el poder, y el hecho de tener que
vivir con sabiduría y métodos secretos en una época complicada. De alguna manera,
muestran lo que es vivir en medio de una estructura social mercantilista”.

 

No obstante, más que el dinero, lo
importante son las conexiones sociales a la hora de conseguir los libros. De
esta manera, es posible verificar la identidad de los lectores, ya que “las
novelas japonesas que tratan sobre asuntos de relaciones humanas y morales son
consideradas provocativas”.