¿Por qué los maestros norcoreanos están dejando la escuela?

En el año 2012 Corea del Norte estableció
doce años de educación obligatoria, en concordancia con los requerimientos de la
reformas educacionales de la era de la “economía del conocimiento”. Sin
embargo, se ha comunicado que una parte importante de los profesores –maestros
competentes- están dejando las aulas.

 

Una fuente interna en el país ha comunicado
que, si bien se han desarrollado nuevas políticas educacionales en Corea del
Norte, las condiciones laborales de los maestros no han mejorado, por el
contrario, continúan estando en el estrato más bajo. Debido a esto, renuncian a
las escuelas, para dedicarse al trabajo en industrias exportadoras de carbón
para la ganancia de divisas extranjeras.

 

En comunicación con Daily NK, una fuente
proveniente de la provincia Pyongan del sur informó el día 2 que “ maestros de
primer grado, graduados de la Universidad Kim Il Sung están trabajando como
‘jato’ en la extracción del carbón. Solo hay cambios en el sistema educativo,
pero como las prioridades no están puestas en buscar soluciones ni en los
maestros, estos abandonan la escuela para buscar nuevos horizontes laborales en
el mercado”.

 

“Jato (自土)” es una
palabra norcoreana usada únicamente en el ámbito de las minas de carbón, y se
refiere al responsable de las labores de supervisión y dirección en las faenas
de extracción de esta roca. La fuente citada explicó que, al ser personas de
excepcional talento y nivel educacional alto, además de pertenecer a una elite,
los “jato” son seleccionados para ingresar al mercado y ganar divisas
extranjeras.

 

El 25 de septiembre del año 2012, durante
una reunión de la Asamblea Suprema del Pueblo, Corea del Norte estableció doce
años de educación obligatoria universal, a la vez que el período escolar se
extendió en un año. La creación de esta ley aspira a fortalecer la enseñanza de
la matemática, física, química, biología y otras ciencias básicas, así como el
aprendizaje de lenguas extranjeras. Asimismo, se urgió a las escuelas a formar
redes de información con las instituciones educacionales del país.

 

La fuente comunicó también que “se está
contratando a profesores para impartir educación en informática y lenguas
extranjeras a padres y madres; sin embargo, ahora los maestros se han
transformado en blanco de críticas: enseñar ciencias elementales requiere
aprendizaje in situ (i.e. observación y experimentación), por esto, el coste de
la educación se ha transformado en un problema serio”. Microscopios, pinzas,
lupas, instrumentos y reactivos químicos, entre otros elementos necesarios para
la experimentación y observación, todos deben ser costeados por los
estudiantes.

 

Si bien las autoridades de Corea del Norte
publicitan la educación gratuita, la realidad es que la carga que las familias
tienen no es escasa, ya que a los gastos de educación se agregan los costes de
compra (de materiales) y de mantenimiento de las aulas. Las condiciones de vida
de los docentes también son un problema. Al contrario de lo que sucedía en el
pasado, los salarios y raciones se están entregando al 100%; pese a esto, su nivel
de vida ahora está en la peor situación.

 

La ración mensual de maíz para un maestro
de escuela básica superior de la provincia Pyongan del sur es de 15 kilógramos.
Adicionalmente, y dependiendo del nivel escolar al que hace clases (grado 1 a
6), el salario promedio de un maestro es de unos 2500 a 5000 won norcoreanos. Sin
embargo, si se consideran gastos como el pago de dinero “de lealtad”, deberes sociales,
dinero para el Partido y otros impuestos, la suma llega aproximadamente a los
1000-1500 won, dinero que no alcanza más que para comprar un huevo en los
Jangmadang (mercados de Corea del Norte), cuyo precio estos días es de
alrededor de 800 a 1200 won.

 

Por otra parte, conforme se desarrolla la
mercantilización, el nivel de vida y consumo de los ciudadanos norcoreanos está
aumentando de manera general. No obstante, muchos maestros competentes, cuyas
vidas dependen del salario y raciones entregadas por las autoridades, ven cómo
su calidad de vida empeora, por lo que buscan salir de las aulas para
integrarse al mundo del trabajo administrativo.

 

La ley que estableció doce años de educación
en Corea del Norte hizo que algunos aspectos mejorasen; sin embargo no han
habido políticas para mejorar la situación de los docentes, por lo que el fenómeno
de abandonar las escuelas seguirá extendiéndose con rapidez.

 

La fuente comunicó asimismo que “la
provincia Pyongan del sur, con sus 100 empresas extractoras de carbón afiliadas
al Ministerio de las Fuerzas Armadas del Pueblo, es la tierra de las
oportunidades para aprender sobre administración. Es el caso común de los
maestros (hombres) que trabajan como ‘jato’. Las empresas están dando la
bienvenida y contratando a gente talentosa”. Estas compañías se ocupan de cada
etapa, desde la producción hasta la venta y distribución de carbón. Por eso,
para los jefes de las empresas, mantener a estos competentes profesionales es
asunto de máxima prioridad”.

 

Este fenómeno ha sido visto como un efecto
secundario de la política de los doce años de educación. “La combinación de
talentos que estos maestros poseen es la razón por la que los directores de las
compañías confían y delegan las tareas de supervisión en ellos. Ganan dinero y
al mismo tiempo aprenden sobre administración, hecho que les ha valido el
nombre de ‘intelectuales visionarios de un futuro brillante’”.